Imagina esta escena: es una tarde fría, estás en casa acurrucado en tu sofá favorito, y de repente te entra un antojo de algo dulce, delicioso y reconfortante. Algo como… ¡unas manzanas asadas! Pero claro, no quieres esperar una eternidad a que el horno haga su magia. ¡no te preocupes! …
